Las familias que trabajan juntas necesitan habilidades para gestionar tanto las exigencias emocionales como las financieras. Deben mantener la calma y la concentración ante situaciones de alto riesgo. Deben desprenderse del bagaje del pasado sin dejarse abrumar por la incertidumbre del futuro. Mientras que algunas familias tienen dificultades con estas habilidades, muchas llegan a dominar el centrar su atención en las demandas del momento presente sin distraerse con el pasado y el futuro. Los líderes ejemplares de las empresas familiares generan confianza en los que les rodean al mantener su ecuanimidad, incluso frente a las constantes presiones de diversas fuentes.
Tal vez le sorprenda saber que todos estos valiosos atributos de liderazgo -la atención centrada en el momento presente, la concentración que da lugar a nuevas percepciones, la presencia tranquila frente a las múltiples exigencias- pueden cultivarse con una práctica regular de la atención plena.
La atención plena está recibiendo mucha atención en estos días por parte de diversas disciplinas, que van desde los negocios hasta la atención sanitaria y la educación. Cada vez hay más pruebas que demuestran que la atención plena promueve importantes beneficios para el bienestar individual y el éxito de las organizaciones. Muchas empresas destacadas -como Google, Target y General Mills- están introduciendo esta disciplina entre sus líderes y asociados porque reconocen que contribuye a tomar mejores decisiones, a elevar la moral y a mejorar los resultados. Los líderes del pensamiento, desde la Harvard Business Review hasta la Clínica Mayo y la Comisión Federal de Comercio, coinciden en que los beneficios de la atención plena justifican que esta práctica salga de los centros de retiro y se introduzca en los centros de poder de nuestra sociedad.
La atención plena es una disciplina sencilla y práctica que aporta beneficios a cualquier practicante. Dada la mayor intensidad emocional que suele caracterizar a las empresas familiares, creemos que la atención plena es especialmente valiosa para las familias que trabajan juntas. Cultivar la capacidad de responder con calma a las situaciones emocionales estresantes puede cambiar las reglas del juego en las empresas familiares. Desarrollar la capacidad de mantener la compasión y la confianza cuando se enfrenta a un comportamiento muy difícil -incluso agresivo- de los demás es crucial. Aprender a tomar situaciones complejas y multifacéticas y responder con una atención deliberada y centrada es esencial. Todas estas capacidades pueden fomentarse a través de las prácticas de mindfulness.
Beneficios para la empresa familiar
- Las familias pueden quedar atrapadas en la preocupación por el pasado o el futuro. La atención plena cultiva la capacidad de permanecer centrado en el momento presente.
- Las familias pueden verse sacudidas por la complejidad emocional y la tensión en las relaciones. El mindfulness cultiva la capacidad de mantener la calma ante las emociones y los conflictos.
- Las familias pueden quedarse atascadas en respuestas habituales tanto en la familia como en la empresa. La atención plena cultiva una concentración sostenida que produce nuevas percepciones.
¿Qué es el Mindfulness y cómo se hace?
La atención plena es el acto de reducir la velocidad y atender plenamente a lo que ocurre en el momento presente. Al concentrar la atención, a menudo empezando por la respiración, la mente empieza a despejarse de su parloteo habitual, su desorden y sus reacciones. Al dedicar toda tu atención a una cosa sencilla cada vez, todo tu sistema se calma. A medida que la calma se hace más profunda, la atención y la concentración también lo hacen. La práctica de la atención plena es una especie de entrenamiento de los músculos del pensamiento; refuerza la capacidad de concentración y enfoque, lo que conduce a una disminución del estrés, a una mayor comprensión y, por tanto, a decisiones mejores y más duraderas.
Una persona puede llegar a ser más consciente a través de una práctica sencilla y regular. El método más habitual para aprender a ser consciente es reservar unos minutos al día para concentrarse simplemente en la respiración. Siéntate en silencio y presta atención a tu respiración, inspirando y espirando profundamente, mientras mantienes tu atención mental centrada sólo en esta respiración. Cuando notes que tu mente divaga (que lo hará), vuelve a centrarte en la respiración. Empieza por hacer esto durante un periodo corto -incluso de dos o tres minutos- y poco a poco, con el tiempo, verás que puedes ampliar el tiempo de atención enfocada. Piensa en ello como en un entrenamiento para tu capacidad de concentración. A medida que vayas acumulando 10, 20 o incluso 30 minutos de atención silenciosa al día, descubrirás que se traslada al resto del día. Con el tiempo, te resultará más fácil mantener la atención centrada ante las múltiples demandas y responder con calma ante las emergencias.
Otra forma sencilla de desarrollar el hábito es establecer una señal para ti mismo, ya sea cuando suene el teléfono o cuando te levantes de la mesa. Tómate ese momento y céntrate en el presente, en tu entorno, en tu respiración. Reduce la velocidad y simplemente "sé" durante unos segundos, atendiendo sólo a lo que está presente en ese momento exacto, ya sea el sonido y el tono del teléfono que suena o la sensación de tus pies en la superficie del pasillo. Si se practica de esta manera con regularidad, varias veces a lo largo del día, se fortalecerá la capacidad de estar presente en la experiencia del momento. Practicar la atención plena en momentos no emocionales como éstos reforzará el control que tienes sobre tu mente en momentos más estresantes y emocionales. Tu poder de concentración y calma te conducirá a reacciones más razonadas y a una visión más fresca.
¿Pueden los líderes fuertes del "tipo A" hacer esto realmente?
A los líderes del tipo A les puede resultar difícil imaginar que respondan de esta manera. Acción, reacción y más acción es el sello del líder dinámico y agresivo. Sin embargo, creemos que los líderes pueden acceder a los numerosos beneficios de la atención plena, y que tienen mucho que ganar al hacerlo. En el contexto de una empresa familiar, la disciplina de la atención puede ser incluso más valiosa. Puede ser difícil ser objetivo cuando se está personal y directamente implicado en la situación que se está viviendo. Los hermanos que trabajan juntos pueden presionarse mutuamente en una reunión de gestión. Una madre y una hija pueden enredarse en una lucha de poder mientras intentan tomar una decisión sobre el lugar de una reunión familiar. Un simple comentario del tío de la directora general durante una reunión del consejo de administración puede desencadenar una respuesta desproporcionada. Todos hemos visto escenarios como éste y nos hemos visto impulsados a responder de forma emocional que obstaculiza nuestra mejor forma de pensar y nos lleva a resultados subóptimos.
La personalidad que impulsa a muchos líderes de éxito, en la familia o en la empresa, suele asumir que la mejor respuesta a las situaciones complejas y emocionales es seguir adelante, presionar y clavar una solución, preferiblemente lo más rápido posible. Las respuestas típicas a las situaciones difíciles pueden incluir:
- Encuentre una solución -incluso una subóptima- y siga adelante;
- Ignorar el tema difícil y esperar que las cosas se resuelvan por sí solas;
- Cuando te enfrentes a las diferencias, persiste y persuade hasta que tu camino se imponga.
Aunque estos enfoques pueden conducir a soluciones o resoluciones a corto plazo, tienden a crear daños a largo plazo en las relaciones y a aumentar el estrés de todas las partes interesadas en el sistema, además de conducir a soluciones menos que óptimas. En una empresa familiar, es esencial preservar las relaciones y la comunicación a largo plazo.
En el calor del momento, a menudo no nos damos cuenta de que nuestras respuestas están impulsadas en gran medida por la ansiedad. Experimentamos algún tipo de amenaza (para nuestra posición, nuestra autoridad o nuestra sensación de seguridad) y reaccionamos casi automáticamente para reducir la desagradable ansiedad. Sólo si damos un paso atrás y nos alejamos de la situación inmediata podemos ser conscientes de hasta qué punto la emoción y el miedo impulsan nuestro comportamiento. La práctica de la atención plena nos da la disciplina para reducir la velocidad, reconocer cómo nuestras emociones pueden estar impulsando nuestras acciones, y la capacidad de elegir entre un conjunto de opciones más cuidadosamente considerado y más amplio.
Otro beneficio de la atención plena, y quizás especialmente para los líderes, es que las emociones son contagiosas. Cuando un líder está estresado y reacciona de forma exagerada ante una situación, eso se transmite a otros miembros del sistema. Sin embargo, si el líder es capaz de hacer algunas respiraciones tranquilizadoras practicadas y atender al meollo de la cuestión, en lugar de dejarse capturar por el calor de las emociones implicadas, entonces ese líder servirá de influencia tranquilizadora en el grupo, permitiendo que todos se centren con sus mentes racionales y, por tanto, generen mejores ideas.
Tal vez a los del tipo A les resulte útil sustituir su imperativo de "No te sientes ahí, haz algo" por "No hagas algo, siéntate ahí".
Aumentar su capacidad de aceptación y comprensión genuina
El ecosistema de la empresa familiar, con su compleja superposición de familia, propietarios y dirección, requiere inteligencia emocional y resiliencia. Las necesidades y prioridades de cada uno de estos grupos no siempre están alineadas, las decisiones y compensaciones no siempre son de su agrado, la autoridad tiene que ser compartida y el camino a seguir suele estar plagado de minas terrestres. Uno de los principales beneficios de la práctica de la atención plena es que desarrolla tu capacidad de aceptar que a veces las cosas son lo que son. Si tu padre siempre ha sido un líder dogmático, no es probable que cambie cuando se acerque a los 70 años. Si tu hermano no tiene la ética de trabajo que te gustaría que tuviera, no hay nada que puedas hacer para que esa realidad sea diferente. Lo que sí puedes controlar es cómo reaccionas ante esas fuentes de frustración constantes. La práctica de la atención plena es una forma poderosa de calmar tu mente y elegir tu respuesta a las condiciones externas frustrantes. Aunque la atención plena no es una varita mágica que pueda cambiar la realidad, un enfoque de atención plena puede aportarte una mayor aceptación de las situaciones sobre las que no tienes control o una respuesta más productiva que incorpore una mayor creatividad y un pensamiento fresco.
¿Cómo funciona la atención plena en la práctica? En primer lugar, cuando te encuentras reaccionando ante una situación y puedes desarrollar el hábito de dar un paso atrás y respirar tranquilamente, te colocas en una mejor posición para pensar con claridad. Cuando tus botones emocionales no se disparan, puedes acercarte a la otra persona y, como diría Covey, "buscar primero comprender antes de buscar ser comprendido". Pregunte a los demás sobre su estado de ánimo, sus preocupaciones; póngase en su lugar e intente comprender profundamente su punto de vista. Para ello hay que escuchar con calma y de forma activa. No te limitas a darles la oportunidad de desahogarse, sino que intentas comprender cómo y por qué una persona razonable puede ver las cosas como lo hace. Estás centrando toda tu atención en sus palabras y en tu deseo de entender la situación desde su punto de vista, en lugar de escuchar con media mente e inventar tus respuestas y contraargumentos mientras ellos hablan.
Mientras escuchas su punto de vista y atiendes a tu reacción o pensamientos ante esta información, puede que te sorprenda descubrir que cuanto menos busques "encontrar" la solución, más probable es que surja una solución nueva y fresca. A veces, las respuestas más creativas surgen de una especie de mente en blanco. Esto no es muy diferente a la experiencia que todos hemos tenido de estar en la ducha y que nos venga una idea importante, aparentemente de la nada, o de ir a dar un largo paseo o conducir por el campo sólo para encontrar la respuesta a un problema obstinado que surge en la mente cuando estamos pensando en nada y en todo a la vez.
Conclusión:
Ser consciente es estar realmente vivo, presente y en armonía con los que te rodean y con lo que haces. La práctica regular de la atención plena se ha relacionado con la creación de nuevas ideas, un sistema inmunológico más fuerte y una mayor capacidad individual de alegría. Además, cada vez hay más interés e investigaciones que apoyan la idea de que el mindfulness conduce a organizaciones más eficaces y a una mayor salud y, como hemos comentado, esto puede ser especialmente valioso en el mundo de las empresas familiares. Por muy prometedor que sea todo esto, es importante recordar que, para obtener estos beneficios, es esencial la práctica regular. Al igual que cualquier otra capacidad nueva, la habilidad para mantener la calma y la concentración en el momento presente requiere práctica, y uno se vuelve más hábil con más práctica.