Las personas que poseen y gestionan empresas familiares suelen sentirse atraídas por las ventajas que conlleva su participación y las aprecian. Incluso en épocas de bonanza económica, las gratificaciones pueden ser un tema delicado, que hace levantar las cejas a los empleados que se sienten igualmente comprometidos con el éxito de la empresa. En tiempos de dificultades económicas, y en una época de recortes de costes y reducciones de personal, las gratificaciones pueden crear un gran rencor entre los empleados que consideran que los miembros de la familia abusan de su posición en la empresa. Evidentemente, un diálogo sano entre los propietarios y/o los directivos de la familia puede ayudar a ésta a reflexionar sobre el impacto de estas gratificaciones y a determinar si su política actual necesita una revisión.

Entre los ejemplos de prebendas normales de los directivos familiares se encuentran los coches para los empleados familiares, las afiliaciones a clubes y el uso de las tarjetas de crédito de la empresa. Aunque la mayoría de las familias se callan los beneficios que no se conceden a los empleados no familiares, en el entorno económico actual, cuando los empleados trabajadores ven que los empleados familiares utilizan el dinero de la empresa para lo que parecen ser gastos personales, suelen tener una sensación de injusticia.

Un cliente reflexivo afirmó recientemente que cuando se piensa en las prebendas, la pregunta principal debería ser: "¿Cómo repercutirá esto en la empresa?" Muy a menudo, las familias se centran internamente en el tema de las gratificaciones, explorando si éstas se distribuyen equitativamente en toda la familia. A la luz de los retos que supone motivar a los empleados en una época de recortes, las familias harían bien en considerar no sólo el impacto más amplio que sus gratificaciones tienen en la organización, sino también el nivel de confianza entre los empleados y la familia propietaria.

Aunque hay muchos casos en los que ciertos beneficios son legales, se advierte a las familias que no dejen que los sentimientos de derecho empañen su sensibilidad ante los efectos perjudiciales para la moral de los empleados y su confianza en la gestión familiar si esas prácticas se consideran abusivas e injustas.

Examen de la política de ventajas

Estas son algunas señales para la familia de que la política de beneficios puede necesitar atención:

  1. Hay tensiones entre los miembros de la familia (cónyuges, hermanos o primos) por las prebendas que reciben los empleados familiares que trabajan en la empresa. Con frecuencia, los que no trabajan en la empresa se muestran sensibles a la falta de equidad, sobre todo cuando un miembro de la familia que trabaja en la empresa recibe una gratificación que no se da a otros empleados. Esto implica que la prebenda se basa únicamente en el estatus familiar de la persona. Si se determina que el estatus familiar es el principal motivador, entonces es un claro mensaje para los miembros de la familia que no están en la empresa de que no tienen el mismo estatus, y esto causa tensión para la familia. Cuando esta cuestión sale a la luz, es un buen momento para revisar los propósitos y las motivaciones que hay detrás de los beneficios.
  2. Los empleados que no son de la familia verbalizan su frustración acerca de ciertos beneficios familiares que pueden ser tomados. Según nuestra experiencia, con frecuencia este descontento se expresa sobre una persona específica que puede no estar rindiendo bien en la empresa. En lugar de ignorar la preocupación por tratarse de una declaración inapropiada por parte del empleado, hay que asegurarse de que existe una base sólida para la percepción de la gratificación.
  3. La prebenda familiar se justifica por la escasa remuneración que reciben los miembros de la familia que trabajan en la empresa. No hay nada que provoque más angustia en las empresas familiares que el hecho de que se pague a los empleados de la familia con una tasa de descuento por ser de la familia. Nuestra experiencia demuestra que el pago de tarifas de mercado suele considerarse la práctica de compensación más justa y adecuada, y que hacerlo así suele hacer innecesaria la utilización de ciertas prebendas como mecanismo de equilibrio.
  4. No ha comprobado que la prebenda es legalmente sólida, según su CPA. Muchas familias toman prebendas como beneficio de la propiedad o de la gestión sin ser conscientes de las implicaciones legales de esta práctica. Identifique todas las prebendas que reciben los miembros de la familia y pregunte a su contador público si hay alguna duda sobre las mismas. Si la respuesta es afirmativa, el asunto debe abordarse inmediatamente.

Mantener un diálogo sano

Las gratificaciones son cuestiones delicadas, y la unidad de la empresa familiar tiene que considerar muchos escenarios. ¿Es apropiado que los empleados de la empresa, los vendedores o los proveedores realicen trabajos en la casa personal de un accionista? ¿Cuáles son las expectativas de pago por esos servicios? ¿Hay un descuento? ¿Es gratis? Las tarjetas de crédito y de gasolina para los empleados de la familia son ventajas habituales. ¿El puesto de la persona requiere que tenga una tarjeta de crédito o una tarjeta de gasolina para realizar su trabajo, y tiene la empresa una política clara sobre si los gastos personales deben ser reembolsados? Es importante prestar atención a estas y otras situaciones que puedan existir en su política de gratificaciones.

Las gratificaciones son una fuente de conflictos y tensiones, no sólo entre los grupos familiares, sino también entre las diferentes partes interesadas en la empresa. Un diálogo sano entre los propietarios sobre las gratificaciones adecuadas y las políticas que las rigen puede ayudar a reducir y evitar los conflictos en la empresa familiar. También puede motivar a sus empleados a un mayor sentido del compromiso al saber que usted se preocupa por la salud de la empresa tanto como ellos.