Los conflictos familiares de larga duración pueden poner de rodillas a una empresa familiar. Minan la energía y la felicidad e impiden que la empresa funcione de forma óptima. El primer paso para resolver un conflicto de larga duración es reconocer que las consecuencias de evitar un asunto son peores que el malestar emocional de discutirlo. Veamos un ejemplo de una familia que logró resolver un conflicto de larga data.

La familia, que estaba pasando de la cuarta a la quinta generación de propietarios, se había topado con un obstáculo: el conflicto estaba obstaculizando la transición generacional. El conflicto había estado bajo la superficie durante algún tiempo; todos sabían que estaba ahí pero no querían hablar de ello en un formato abierto. Se contrató a un facilitador para que ayudara a la familia en la transición, y uno de los temas que surgieron fue el conflicto no resuelto. Tras años de permanecer en un estado de incomodidad, la familia se dio cuenta de que tenía que abordar el conflicto para alcanzar sus objetivos. 

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Este artículo apareció originalmente en el número de noviembre/diciembre de 2020 de Family Business Magazine. (Compartido con permiso).