Al crecer, todos hemos escuchado con frecuencia -y aprovechado- el consejo de "escuchar a nuestros mayores". En efecto, los jóvenes pueden actuar a veces precipitadamente porque creen tener todas las respuestas, pero en realidad necesitan hacer caso a la experiencia de quienes han recorrido el camino antes que ellos, y saben bien dónde están los escollos habituales de la empresa o de la vida y cómo evitarlos. De hecho, uno de los valores perdurables de una empresa familiar es la capacidad de la generación más joven de beneficiarse de la experiencia de la generación anterior, adquiriendo la sabiduría de estas "duras lecciones" sin tener que pasar por el dolor directamente.

Sin embargo, como el ritmo de vida y de los negocios se acelera cada vez más, también es importante que una empresa familiar sea capaz de aprovechar los conocimientos o la experiencia únicos que la generación más joven pueda ofrecer. En particular, a medida que la tecnología se convierte en una aplicación cada vez más crítica en muchas industrias, la nueva generación puede aportar realmente valor para mantener la empresa al día. 

La generación más joven suele ser campeona en aprovechar la tecnología para reinventar un aspecto central del modelo de negocio, lo que puede insuflar nuevos ingresos necesarios a modelos de negocio envejecidos. Un ejemplo reciente que hemos leído es el de la industria del cine. La familia Loeks de Michigan, propietaria de 11 salas de cine, acaba de nombrar a J.D. Loeks (nieto del fundador), de 32 años, presidente del negocio. Aunque J.D. había sido director de operaciones, su contribución fue decisiva, ya que impulsó a la familia a realizar una inversión de 14 millones de dólares en tecnología de proyección digital. 

"Con los proyectores de película, lo único que se puede poner en la pantalla es el material cinematográfico", dice Loeks. "Con el digital, no sólo tienes mejores películas, sino que puedes poner cualquier cosa en la pantalla, incluidas las emisiones de televisión en directo, cualquier cosa por satélite o cualquier cosa en una pantalla de ordenador". 

Esta nueva plataforma tecnológica ha ampliado las oportunidades de negocio de J.D., al incluir la celebración de videoconferencias de unas instalaciones a otras, y el uso de los teatros familiares para acoger una serie de eventos para grandes grupos. "Está redefiniendo lo que podemos hacer en nuestras instalaciones", dijo Loeks. "Estamos haciendo catering, banquetes, eventos deportivos, reuniones de negocios, recaudaciones de fondos sin ánimo de lucro. Ahora mismo estamos en un periodo de cambio de marca". 

De hecho, los "eventos no cinematográficos" en sus instalaciones han pasado de representar el 1% de los ingresos de la empresa a un 10% previsto para el próximo año o dos. Como Loeks creció en el negocio de su familia, está claro que entiende bien el núcleo del negocio subyacente, y su propuesta no era alterar radicalmente el modelo de negocio, sino utilizar la tecnología para aprovechar lo que ha funcionado en el pasado y aportar nuevas oportunidades para el futuro. Si la familia se hubiera resistido a este "consejo de juventud", la empresa podría haber quedado rezagada frente a la competencia. 

La lección principal de este ejemplo es que, aunque la generación más joven siempre tendrá mucho que aprender de sus mayores, es importante asegurarse de que la comunicación en las reuniones familiares vaya en ambas direcciones, para que la familia pueda aprovechar la sabiduría disponible en todo el espectro de edades. La mejor manera de hacerlo es trabajar para que esto se convierta en un hábito: busque la opinión de todos los miembros de la familia siempre que sea posible; cuando los niños son más pequeños, puede fomentar su participación activa en la toma de decisiones, como los "planes de vacaciones" o las divertidas salidas familiares de fin de semana. 

En las reuniones familiares, reserve un tiempo en el orden del día para escuchar específicamente a la generación más joven. Acostúmbrales a hablar y a que se discutan sus ideas por sus méritos y limitaciones. 

A medida que los jóvenes se incorporen a la empresa, asegúrese de que haya oportunidades de aprendizaje en la empresa que vayan en ambas direcciones: que los jóvenes aprendan nuevas destrezas y que se les dé la oportunidad de trabajar en proyectos en los que puedan aportar a la empresa nuevos conocimientos y experiencia previa.