A continuación, el preámbulo de la Constitución de la familia Scott. La familia y sus empresas se encuentran en Wyoming y Montana.
Como un río, una familia fluye a través del tiempo. Creer que una familia comienza con una madre y un padre es como creer que un río comienza cuando llega a la curva que uno ve. La familia inmediata es sólo un segmento de un pequeño afluente en un río humano más complejo. Es en nuestra familia inmediata donde nos centramos de forma natural. Pero incluso ésta es fluida y cambia con el tiempo. Algunas de las fuerzas del cambio, como la gravedad, son predecibles. Otras, como el amor o el dolor inesperados, no lo son.
Una familia es una comunidad en un mundo en el que la conexión es cada vez más difícil de encontrar. Hoy en día somos más móviles y estamos menos atados a un lugar. Estamos menos atados a una carrera de por vida, menos atados a una religión o congregación compartida. La familia es un lugar donde la sangre, la experiencia, la alegría y los valores comunes pueden proporcionar el vínculo que satisface nuestra necesidad de comunidad.
La familia es un entorno rico para el éxito de las empresas. Los fundadores emprendedores y visionarios pueden transmitir su visión, experiencia y capital a las generaciones futuras. Las culturas familiares sanas pueden ser culturas empresariales de éxito. Los equipos familiares pueden ser equipos empresariales. La naturaleza a largo plazo de la familia proporciona un capital paciente. El apoyo familiar puede permitir que las empresas sobrevivan a tiempos difíciles.
Por muy positiva que sea la familia para el bienestar espiritual, social y financiero, las fuerzas centrífugas parecen separar a las familias. Sólo una parte de las empresas familiares sobreviven más allá de la segunda generación. Y las pruebas anecdóticas sugieren que las familias pueden volverse más desconectadas o conflictivas en lugar de más cohesionadas con el tiempo.
Para nuestro propósito, la familia Scott "da la vuelta" con el matrimonio de Homer Scott y Mildred Sandall. La pareja fundadora compartía un profundo amor y respeto el uno por el otro y un conjunto de valores fundamentales que les guiaron a lo largo de la vida. Tuvieron un éxito inusitado, se mire por donde se mire. Los cinco hijos que componen la segunda generación, aunque separados por años y con personalidades diversas, comparten las experiencias de unos padres comunes y la inmersión en sus valores. También comparten la experiencia de trabajar juntos en las empresas familiares. A lo largo de los años, la segunda generación ha aprendido a vivir y trabajar juntos, a respetar los puntos fuertes de cada uno y a perdonar las debilidades de los demás.
Hay mucho trabajo y alegría que compartir. El proceso de construcción de la familia nunca está completo. Al igual que el río, el viaje de una familia es un ciclo, siempre comienza, siempre fluye.