¿Recuerdas Family Feud? El icónico programa de juegos que pide a las familias que respondan rápidamente a preguntas sencillas como: "Nombra un lugar que esté lleno de gente que no quiera estar allí". Los miembros de la familia gritan las respuestas más comunes de la encuesta. Entonces el presentador sortea: "Aaannnnddd la encuesta dice...". Con las respuestas más frecuentes reveladas, se puede ver qué concursante de la familia tenía el dedo en el pulso de los encuestados, ¡esperemos que conduzca a una victoria de Family Feud!
¿Y si le preguntáramos: "Nombre el reto más común al que se enfrentan las personas en su empresa familiar"? ¡Rápido! ¿Qué identifican habitualmente las familias de todo el mundo?
La respuesta que se da una y otra vez es la siguiente: comunicación. Lo oímos en conversaciones individuales cuando conocemos a personas de familias y empresas. Estas personas hablan de no ser escuchadas, de cerrazón, de conflicto, de confrontación y de sentimientos heridos. También leemos en encuestas escritas que la falta de transparencia y de claridad en las expectativas se señalan como barreras para la salud y el éxito dentro de los sistemas de empresa familiar.
El hecho de que la comunicación sea la respuesta más común no es sorprendente: ¡cualquier concursante de Family Feud que se precie debería acertar esa respuesta! La comunicación eficaz contribuye en gran medida a la confianza y a la solidez de las relaciones, dos factores esenciales para la salud de las personas y el éxito de las empresas familiares.
Muchos expertos en liderazgo y desarrollo nos dicen que no nacemos con habilidades de comunicación; hay que desarrollarlas. Así pues, cada uno de nosotros tiene la capacidad de responder a uno de los principales retos de la empresa familiar invirtiendo en nosotros mismos y mejorando nuestras propias habilidades de comunicación. Y la comunicación es un tema muy amplio. ¿Por dónde empezar?
Habilidades básicas
Como humanos, solemos expresar nuestras frustraciones comunicativas empezando por cómo se comportan los demás. Por ejemplo, pueden no ser accesibles, ser cerrados de mente, negarse a compartir información o estar a la defensiva.
Y sin embargo, el lugar más impactante para empezar a mejorar la comunicación es con nosotros mismos. Un punto de partida sencillo y desafiante. Cuanto más conscientes seamos de nuestras propias preferencias y tendencias comunicativas, mejor podremos mejorar dos habilidades comunicativas a menudo olvidadas: la escucha activa y la retroalimentación. Estas habilidades están bien tratadas en la prensa popular, tanto sus elementos como las formas de desarrollarlas. Para las familias que poseen, trabajan, juegan y viven juntas, el desarrollo de estas habilidades puede tener un mayor impacto como grupo. El uso de una herramienta de evaluación ofrece una valiosa oportunidad para desarrollar habilidades individual y colectivamente.
¿Por qué una evaluación?
Realizar una evaluación de la comunicación, la personalidad o el comportamiento como grupo familiar ofrece una experiencia compartida y un lenguaje común, lo que permite de inmediato a las personas del sistema compartir perspectivas y experiencias de forma más eficaz.
Cuando es facilitado por un profesional capacitado, compartir los resultados de la evaluación individual dentro de una sesión de grupo permite a los individuos ver a los demás a través de una perspectiva diferente, o una nueva lente. Puede que hayas entrado en la sala como la hermana mayor, el tío favorito o la oveja negra. Pero después de compartir los resultados de tu propia evaluación y aprender sobre los demás, creas una nueva memoria común que puede eliminar la jerarquía histórica y, a veces, disipar perspectivas históricas. Una sesión bien hecha debe ser a la vez educativa y divertida, creando una oportunidad para fomentar el espíritu de equipo.
Además, una evaluación eficaz crea un lenguaje común. Puede que hayan crecido juntos, pero eso no significa que asignen el mismo significado a las palabras. Si añadimos cónyuges, hijos y diferencias generacionales, saber qué quiere decir alguien cuando dice, por ejemplo, "No me estás oyendo" se convierte en un reto aún mayor. Las experiencias individuales y de grupo eficaces permiten a los equipos alinear definiciones y significados y crear un entendimiento compartido.
Cualquier evaluación que apoye el aprendizaje individual eficaz Y aumente la eficacia del grupo empieza por aumentar primero el conocimiento de uno mismo y, después, el de los que le rodean.
¿Cuándo encaja una evaluación? ¿O NO?
Las evaluaciones que ofrecen aprendizaje individual y en grupo son mejores para las familias con un nivel de confianza de moderado a alto. Lo ideal es que cada individuo del sistema esté lo suficientemente sano como para estar abierto al aprendizaje. A veces, el aprendizaje implica un nivel de incomodidad. Sólo usted puede determinar si esa incomodidad representa un estiramiento saludable o una experiencia perjudicial.
Para sacar el máximo partido de una evaluación, la familia debe estar dispuesta a dedicarle tiempo, participar en el aprendizaje y mostrarse vulnerable. La finalidad de la evaluación también es importante. Entre las motivaciones más comunes se encuentran la puesta en marcha de un proyecto, la formación de un nuevo grupo o el refuerzo de las habilidades comunicativas como preparación para la toma de decisiones en común.
Las evaluaciones no son adecuadas cuando los individuos de una familia están sometidos a un estrés extremo. Tampoco son un punto de partida adecuado para situaciones que incluyen conflictos profundos de larga duración, rupturas emocionales o abuso de sustancias.
Casos prácticos: Cómo el uso de las evaluaciones desarrolló las capacidades individuales y creó relaciones familiares
Ayudó a un grupo de trabajo recién formado a empezar con fuerza
La familia Woodruff formó un consejo de propietarios para ayudar a su creciente grupo de accionistas a conocerse mejor y encontrar su voz colectiva. El primer consejo incluía un representante de cada rama de la familia, junto con un director de la familia que actuaría como enlace con el consejo. Garantizar que todas las ramas estuvieran representadas en este nuevo consejo era fundamental, ya que existía un historial de conflictos entre las ramas y la percepción de que algunas de ellas ostentaban el poder al ocultar información empresarial.
Inicialmente, los miembros del consejo trabajaron para alinearse en torno a objetivos compartidos para el propio consejo de propietarios y para establecer nuevas conexiones entre las ramas familiares. Para ganar credibilidad como defensores de la mejora de la comunicación en toda la empresa familiar, acordaron que trabajar para mejorar sus habilidades comunicativas, como individuos y como nuevo grupo, demostraría un verdadero compromiso con el nuevo consejo colectivo de propietarios. Cada uno de los miembros del grupo se sometió a una herramienta de evaluación del comportamiento y aprendió sobre su propio estilo y el de los demás durante un taller de comunicación interactiva de tres horas dirigido por un facilitador.
Durante la sesión, los miembros del consejo se conocieron mejor, se compenetraron por las similitudes recién descubiertas y se echaron unas risas. Cuando llegó el momento de elegir al primer presidente del consejo, el grupo puso en práctica lo aprendido para establecer las expectativas de la toma de decisiones. Además, el consejo cree que lo aprendido en el taller ayudará a priorizar los temas de educación familiar y proporcionará información útil sobre el estilo de comunicación colectiva de la familia.
Ayudó a un equipo disperso geográficamente a trabajar juntos virtualmente
Un grupo de siete primos de la familia Runwal acordó formar parte de un grupo de trabajo de nueva generación para su familia. Varios crecieron jugando y pasando el rato juntos, pero desde que se fueron a la escuela, esas visitas fueron escasas y distantes. Los primos tenían ahora más de 20 años y vivían en dos continentes (Asia y Norteamérica); uno de ellos iba a la universidad, tres trabajaban en la empresa familiar y otros tres cursaban estudios de posgrado. Mientras se preparaban para participar activamente en el gobierno de su familia, creyeron que necesitaban volver a conectar entre sí en esta etapa de sus vidas.
El grupo acordó ser muy intencionado a la hora de reencontrarse como jóvenes adultos independientes con experiencias vitales variadas. Creían que esto sería clave para formar un grupo de trabajo eficaz. Seleccionaron una herramienta de evaluación para estructurar su trabajo de formación y conocer sus puntos fuertes y sus posibles puntos ciegos en materia de comunicación. Los primos tuvieron problemas logísticos para reunirse virtualmente y trabajar juntos, incluida la coordinación entre zonas horarias y la conciliación de las distintas necesidades de los estudiantes y los profesionales en activo.
Conocer sus diferentes estilos de comunicación les permitió establecer rápidamente un proceso justo para fijar los horarios de las reuniones que pretendía compartir los inconvenientes. También acordaron compartir los órdenes del día con antelación y las notas de la reunión en un plazo determinado, atendiendo a la necesidad de algunos miembros de tomar decisiones más deliberativas. Los primos atribuyen a estas estructuras el haberles permitido planificar una reunión familiar completa muy bien valorada.
Reuniones familiares revitalizadas
La familia Sánchez lleva nueve años reuniéndose dos veces al año. Los miembros del consejo familiar observaron una creciente diversidad en las expectativas de comunicación entre miembros y generaciones. Algunos creían que era muy irrespetuoso ignorar las solicitudes de disponibilidad para las reuniones o las aportaciones a través de encuestas. Otros eran mucho más flexibles y no les importaba enviar repetidos recordatorios y localizar a la gente para asegurarse de que estaban incluidos. Las frustraciones se convirtieron en suposiciones sobre el compromiso y el deseo de los demás de construir la familia. Como resultado, aumentaron las tensiones en las reuniones presenciales. Un miembro del consejo familiar participó en una evaluación de la comunicación en el trabajo y pensó que podría ayudar a su familia a restablecerse. El comité de planificación familiar estuvo de acuerdo y buscó un facilitador con experiencia tanto en la evaluación como en las aplicaciones dentro de las empresas familiares.
Unos meses después, los 28 miembros de la familia se reunieron en un taller tras completar las evaluaciones individuales y revisar sus propios resultados por adelantado. Cada uno de los asistentes compartió lo que la evaluación le había ayudado a aprender sobre sus propias necesidades de comunicación. Nancy, la directora general de la familia, se sintió un poco vulnerable al compartir que había aprendido que le resultaba más fácil responder cuando se había reconocido y valorado su propia perspectiva. A otros les pareció inesperada esta revelación, ya que durante sus décadas al frente de la empresa siempre fue una persona tranquila y con los pies en la tierra, y parecía muy independiente.
El taller continuó, con más aprendizajes sobre cómo mejorar la comunicación en grupo. Al final del día, Nancy se puso en pie y, con su habitual desinterés, dio las gracias a todos por viajar al retiro, dedicar tiempo a la familia y comprometerse. Tras sus palabras, la familia se puso en pie, ovacionando a Nancy y agradeciéndole su liderazgo en el desarrollo del taller. Nancy estaba visiblemente satisfecha, apreciando claramente que el grupo la hubiera escuchado. El resultado fue una mayor empatía hacia los comportamientos de cada miembro. Nancy no era la única cuyo comportamiento se había malinterpretado; el compromiso del grupo de ir más despacio para comprender y valorar a cada individuo había dado sus frutos al crear una dinámica de grupo más cálida y abierta. En última instancia, esto permitió a la familia funcionar a un nivel superior.
Conclusión:
Es difícil estar en contra de la mejora de las habilidades de comunicación, tanto a nivel individual como de grupo familiar. Sin embargo, el hecho de perseguirlas cuando se está en una empresa familiar conjunta tiene el beneficio añadido de modelar la vulnerabilidad, el aprendizaje conjunto y la mejora de las habilidades necesarias para construir una empresa familiar de éxito y duradera. O quizá estas habilidades mejoradas allanen el camino para que TU familia se convierta en campeona de Family Feud. En cualquier caso, según la encuesta, la recompensa no tiene precio.
Cómo elegir una evaluación para su familia
Existen multitud de herramientas de evaluación; a continuación figura una lista incompleta. El proceso y la herramienta deben ofrecer las siguientes características:
- Lo más importante, un gran facilitador que tiene:
- Un estilo que se adapte a su cultura familiar: tenga en cuenta el sentido del humor (¡o no!), el ritmo, la formalidad y las experiencias;
- Profunda experiencia en la propia herramienta de evaluación; y
- Experiencia en el uso de la evaluación en grupos de empresas familiares, no sólo en entornos laborales. La compleja dinámica de una familia que trabaja y es propietaria en común hace que la aplicación de los resultados de la evaluación tenga una complejidad añadida en un grupo familiar.
- Facilidad de administración
- Alta legibilidad y detalles de aplicación incluidos en el informe
- Fácil acceso a copias digitales del informe
- Recursos de apoyo
- Coste adecuado por participante teniendo en cuenta la solidez de las características anteriores y el presupuesto de su familia.
Considere la posibilidad de que un pequeño grupo de miembros de la familia (no uno solo) elija un facilitador y una herramienta de evaluación de entre algunas opciones recomendadas por colegas de confianza o por su asesor de empresa familiar.
Ejemplos de evaluaciones que las familias utilizan para desarrollar habilidades:
- Evaluación DiSC: Evaluación conductual
- Eneagrama: Evaluación del tipo de personalidad
- Índice de Kolbe: Evalúa cómo prefiere actuar la gente
- Estilos Insights Discovery: Evaluación del tipo de personalidad
- Myers-Briggs Type Indicator (MBTI): Evaluación de preferencias y tendencias psicológicas