Madison no ha hablado con su hermano mayor, Alec, desde hace más de tres años. Una vez, cuando se cruzó con él sin querer en la tienda de comestibles, agachó la cabeza para evitar el contacto visual y una posible conversación desdeñosa.

La última vez que Madison y su hermano hablaron, él arremetió contra ella, culpándola de su reciente despido de la empresa familiar. Afirmaba que su participación en sus áreas de responsabilidad en el negocio había provocado su despido, aunque otros miembros de la familia habían asegurado a Madison en repetidas ocasiones que ella no era la culpable. 

Alec tiene un problema de alcoholismo desde hace una década que ha ido empeorando con el tiempo. A pesar de la implicación, el apoyo y el estímulo de sus familiares y amigos, se niega sistemáticamente a admitir que tiene un problema. El consejo de administración de la empresa familiar optó por ignorar su alcoholismo durante todo el tiempo posible, pero finalmente se hartó de que no cumpliera los plazos y de su bajo rendimiento. Aunque la junta directiva tomó la decisión final de dejar marchar a Alec, Madison y los demás miembros de la familia inmediata siguen pagando el precio de la relación rota y del negocio familiar dañado. 

Las cenas familiares y las fiestas han disminuido sin la presencia de Alec y el resto de su familia inmediata. Las interacciones entre los demás miembros de la familia suelen ser tensas. Ya no se organizan las vacaciones anuales de la familia a la casa de la playa de Florida, y otras salidas son escasas. Los hijos de Madison piden con frecuencia ver a sus primos, pero Madison ha decidido mantener a su familia alejada de Alec para evitar oír los comentarios negativos y difamatorios que éste hace continuamente sobre el negocio familiar y sobre los miembros de la familia que participan en sus operaciones. Tanto Madison como su hermana se han alejado por completo de Alec, y sus relaciones, antes sólidas, son ahora prácticamente inexistentes. 

Mientras Madison contempla el futuro del negocio familiar y el de sus hijos, se pregunta cómo se desarrollará la dinámica de las relaciones. ¿Podrán sus hijos confiar en los hijos de Alec en los negocios? ¿Impedirá la ruptura de relaciones que la siguiente generación alcance el éxito empresarial? 

Dirigir una empresa es difícil; nadie discutirá lo contrario. Sin embargo, los dirigentes de una empresa familiar saben que su situación presenta retos adicionales que deben superarse. La historia anterior es sólo uno de los muchos escenarios que se dan con frecuencia en las empresas familiares. Estos escenarios rompen las relaciones familiares y a menudo pueden tener consecuencias desastrosas para la viabilidad a largo plazo de la empresa familiar. 

No es realista suponer que una familia nunca tendrá un desacuerdo. Padres, hermanos, hijos, tíos y tías de distintas generaciones tienen actitudes y opiniones diferentes, y las nuevas generaciones aportan nuevas formas de ver el mundo y sus retos. La mayoría de los desacuerdos son insignificantes y sólo plantean desafíos menores dentro de la dinámica familiar. Sin embargo, a veces no se puede ignorar, aceptar o dejar de lado el tema en cuestión. En algunas situaciones, los desacuerdos son profundos. Puede tratarse de una disputa significativa que no puede resolverse, o de un problema continuo que sigue sin abordarse. Entre los miembros de la familia, los desacuerdos de esta magnitud pueden dar lugar a la ruptura de los lazos familiares entre parientes individuales o incluso entre ramas enteras de la familia. Aunque esto es claramente doloroso para cualquier familia, para una familia con una empresa compartida, estas rupturas pueden tener también profundas consecuencias empresariales. 

Cuando se produce una discusión desastrosa, la empresa familiar debe trabajar inmediatamente para intentar resolverla, promover la unidad familiar y dar a la empresa la oportunidad de seguir teniendo éxito. Una y otra vez, las empresas familiares han fracasado porque la ruptura de las relaciones en el seno de la familia ha provocado una falta de comunicación, no sólo sobre el problema en cuestión, sino también sobre los asuntos empresariales en general. Mantener una comunicación abierta y honesta es fundamental para el éxito de la empresa, por lo que es esencial salvar la brecha de comunicación de inmediato. 

Si ves que tu familia se ve amenazada por un profundo desacuerdo que lleva a la separación de una o varias personas del resto, toma medidas para solucionarlo lo antes posible. Cuanto más tiempo esté cada parte en una disputa aislada de los demás, más arraigadas estarán sus opiniones sobre el "daño" pasado y más difícil será encontrar una solución que conduzca a la curación de los vínculos. Es esencialmente imposible esperar codirigir, o incluso ser copropietario de una empresa en la que los individuos no se hablan. Por el bien de la empresa, no se puede evitar abordar estos duros conflictos, por muy dolorosos o insuperables que parezcan. También esperamos que, en la mayoría de los casos, salvar esta brecha para la empresa también pueda conducir a una reunificación significativa entre los parientes, permitiendo que la familia siga disfrutando de pasar tiempo juntos fuera de la oficina.