A veces la espera es dura, sobre todo cuando el futuro parece poco claro. Muchos posibles sucesores sienten profundas dudas, impaciencia, frustración, insatisfacción.... ¿Estoy a la altura? ¿Cómo me ven los demás? ¿Llegará alguna vez mi oportunidad? ¿Merezco las críticas? ¿Por qué no se reconocen un poco más mis logros? ¿Por qué no se aceptan mis ideas? ¿Es esto justo? ¿Merece la pena?
A medida que la frustración continúa, aumenta la posibilidad de perder la perspectiva. Cada vez es más difícil separar las cosas. ¿Qué parte de lo que siento y experimento es el resultado de mí, de mis habilidades, de mis capacidades? ¿Qué parte es atribuible a los demás, a la familia, a la empresa, al "sistema..."?
La tendencia es empezar a verse a sí mismo como una especie de víctima, atrapado en circunstancias que escapan a su control. Se empieza a buscar culpables. La ira aumenta y nada parece estar bien. Cada dificultad y cada problema adquiere mayor importancia. La comunicación muere a medida que crece el conflicto y se inicia un círculo vicioso destructivo y descendente.
A menos que se rompa ese ciclo, los sueños de una familia amorosa y un negocio exitoso que abarque varias generaciones se convierten en pesadillas. La frustración se produce cuando no se satisfacen las propias necesidades. Se vuelve destructiva cuando se culpa a los demás.
"No me están dando lo que necesito... me están impidiendo alcanzar mis objetivos... ¡esta locura de negocio (o de familia) me impide conseguir (o tener o ganar o encontrar) lo que necesito!"
Para romper el ciclo, las acusaciones deben transformarse en preguntas y los gritos de dolor deben entenderse como gritos de ayuda. Cuando uno se siente frustrado, debe aprender a hacer preguntas para obtener información, retroalimentación y perspectiva. ¿A quién hay que preguntar? A otros que puedan tener experiencias similares, a los mentores y, lo que es más importante, a las mismas personas que consideras que causan tu frustración. ¿Qué preguntas? Comentarios sinceros sobre pensamientos y percepciones. Valoraciones honestas sobre el rendimiento y las perspectivas. Y lo que es más importante, pide ayuda para evaluar los puntos fuertes y débiles y avanzar hacia tus objetivos.
No preguntes "¿Cuándo te vas a retirar (y quitarte de en medio)?" No preguntes "¿Qué debo hacer específicamente para ser nombrado presidente?" No juzgues. No culpes. No acuse. Busca información sobre ti y tu situación para mejorar tu propia comprensión, tu capacidad de decisión y tu capacidad de acción.
Hazte también preguntas a ti mismo. Intenta aclarar tus propios objetivos y tus propios motivos. Comprueba tus propias necesidades y trata de ver cómo tus necesidades y las de tu sistema empresarial familiar encajan o chocan.
Con una mejor retroalimentación, una aclaración de la situación en la que te encuentras y una mejor comprensión de tus propias necesidades, pueden aparecer algunos métodos para hacer frente a las frustraciones. Puede que descubras que puedes satisfacer tus necesidades dentro de ti mismo; por ejemplo, puedes decidir que realmente eres una persona muy buena y que no necesitas tanta validación externa como pensabas.
Es posible que decidas que tus necesidades requieren recursos externos para ser satisfechas, pero que has estado buscando demasiado en un solo lugar. Mientras mantienes tu papel en la empresa familiar, debes buscar fuera ciertas satisfacciones. Los amigos ajenos a la empresa, otras inversiones, otras organizaciones, su propio cónyuge o sus hijos pueden proporcionarle una satisfacción de sus necesidades de un modo que su empresa familiar podría no alcanzar.
A medida que vaya recopilando información sobre sí mismo y sobre el sistema de su empresa familiar, podrá mejorar su nivel de satisfacción redefiniendo o ganando perspectiva sobre sus frustraciones. Al ver su situación como "normal", temporal o inevitable, su dolor puede reducirse a un nivel tolerable. Al aliviar el malestar, pueden reducirse las presiones que empujan a ese círculo vicioso.
Pero también puede aprender que sus peores temores tienen validez, que puede anticipar frustraciones continuas y quizás incluso mayores. En esta situación tienes que tomar una decisión muy seria y difícil. Debe llegar a la conclusión de que encontrará una forma de aceptar una situación crónicamente dolorosa, de que se cambiará a sí mismo de forma sustancial o de que cambiará sus circunstancias. Los sucesores potenciales severamente frustrados a veces cambian sus circunstancias tomando una licencia de corto o largo plazo de la empresa familiar. A veces es lo mejor que se puede hacer.
Si decides marcharte, intenta hacerlo de forma consciente y deliberada. Hazlo porque te has evaluado a ti mismo y a tu empresa familiar y has decidido convincentemente que lo mejor es la separación. Si sacas tus frustraciones, tu ira y tus resentimientos por la puerta de la empresa, volverán a surgir en el contexto de tu familia, creando otra serie de peligrosos ciclos conflictivos.
Nuestra conclusión: Asume la responsabilidad de ti mismo y de tus sentimientos. No cedas esa responsabilidad a otros. Si puedes convertirte en parte de la solución en lugar de ser parte del problema... si puedes demostrar madurez y liderazgo en el tratamiento de los problemas reales a los que se enfrenta la empresa familiar... si puedes mostrar tu capacidad para poner tu "yo" en perspectiva y situar adecuadamente tus necesidades en el contexto de las necesidades de la familia y de la empresa... entonces, puedes estar más cerca de realinear tus sueños de lo que nunca habías imaginado.
Y mientras tanto, conocemos a muchos miembros de empresas familiares que se toman a pecho la "Oración de la Serenidad" de Reinhold Niebuhr:
Dios me conceda la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el coraje para cambiar las cosas que puedo, y la sabiduría para saber la diferencia.