Convertir a cualquier grupo de personas en un equipo es una tarea difícil. Convertir a dos o más hermanos en un equipo, especialmente si no han tenido experiencias de formación de equipos durante su infancia, es aún más difícil.

Las cuestiones emocionales suelen interponerse en el camino, razón de más para conocer y comprender estas cuestiones, de modo que cualquier impacto negativo pueda minimizarse o evitarse por completo. Pensemos en dos hermanos, Evan y Arthur. Evan tiene 39 años, ocho más que Arthur. Evan se ve a sí mismo como muy responsable y ve a Arthur como alguien algo irresponsable que sólo vive de la grasa del negocio familiar. Arthur, después de todo, era el pequeño de la familia.

Durante los primeros ocho años de su vida, Evan había sido el centro de atención y los elogios. Luego llegó Arthur y Evan tuvo que valerse por sí mismo mientras el pequeño Arthur se ocupaba de todo por él. A día de hoy, Evan trata a su hermano pequeño como a un bebé y Arthur reacciona como tal. Para empeorar las cosas, sus padres, al ver que no están trabajando bien juntos en el negocio, intervienen y toman decisiones que sus hijos deberían tomar o se aferran a responsabilidades que sus hijos deberían asumir.

Algunas decisiones clave que deben tomar los equipos de hermanos:

  1. ¿Cómo vamos a tomar decisiones?
  2. ¿Cuál será nuestro código de conducta?
  3. ¿Cuál será nuestro modelo de liderazgo? Si se trata de un único director general, ¿quién será esa persona?
  4. ¿Cómo podemos acomodar los objetivos simultáneos de la familia y la empresa?
  5. ¿Quiénes serán nuestros asesores? ¿Quién debe formar parte de nuestro consejo de administración?
  6. ¿Cómo vamos a hacer crecer este negocio? ¿Cuál debe ser nuestra estrategia?
  7. ¿Cómo nos comunicaremos con nuestros padres? ¿Con los directivos que no son de la familia?
  8. ¿Qué políticas pondremos en marcha?

Trabajar el tema de las relaciones familiares hace que la creación de equipos entre hermanos sea única. Y cuando los padres no han ayudado a sus hijos a desarrollar las habilidades para el éxito del equipo, los hermanos, como adultos, deben desarrollar esas habilidades -incluyendo la comunicación, la resolución de conflictos y la toma de decisiones compartida- por su cuenta. Además, para que la asociación entre hermanos funcione, debe ser autónoma respecto a los padres. Además, los hermanos deben encontrar un equilibrio saludable entre relacionarse como una unidad con sus padres y, cuando sea apropiado, relacionarse con ellos individualmente.

Uno de los problemas que tendrán que resolver Evan y Arthur es su diferencia de edad. Si quieren tener éxito como pareja, tienen que dejar de lado los roles en los que se han estancado: como hermano mayor y hermano pequeño. Cuando puedan desprenderse de esta visión tan arraigada del otro, estarán más preparados para aprender a tratarse como adultos iguales y responsables, capaces de dirigir un negocio juntos. Si sus padres siguen interviniendo, deben encontrar la manera, como unidad, de asumir más responsabilidades y no dejar que su trabajo en equipo se vea comprometido por mamá y papá.

Como grupo de hermanos que se han comprometido a ser un equipo pero que pueden estar empezando a trabajar juntos en la empresa familiar por primera vez, tenga en cuenta dos cosas: Casi todos los grupos tropiezan al principio. El desarrollo de un equipo suele implicar dar dos pasos adelante y uno atrás. No se desanime al principio.

Por lo general, los grupos pasan por cuatro etapas predecibles, conocidas popularmente como formación, asalto, normalización y actuación.

El significado de formar es obvio: un grupo de individuos se reúne con un propósito específico. Deciden convertirse en un equipo. Sin embargo, al principio se enfrentan a una tormenta, lo que significa que experimentan conflictos y desacuerdos a medida que intentan conocerse y afloran las diferencias en sus personalidades y objetivos. Especialmente en esta etapa, puede haber discusiones acaloradas, protección del territorio y, ocasionalmente, lágrimas.

Recuerda que es una etapa dura. Pero lo superaréis y llegaréis a la fase de normalización, cuando os acostumbréis el uno al otro, os pongáis de acuerdo en las reglas y encontréis la manera de trabajar juntos de forma eficaz. Y, finalmente, llegaréis a la etapa deseada, la del rendimiento, en la que, en los mejores momentos, funcionáis juntos como piezas de una máquina bien engrasada que funciona sin problemas.

Espere el conflicto y considere las diferencias como una ventaja. El conflicto es un hecho. Aunque seáis de la misma familia, cada hermano es un individuo, muy diferente de los demás. Esas diferencias también son una ventaja porque aportan una variedad de talentos, perspectivas e ideas. Con el compromiso de todos los miembros del equipo y con las estructuras, los sistemas y los procedimientos adecuados, los conflictos pueden gestionarse eficazmente y sus diferencias pueden aprovecharse en beneficio de la empresa y de la familia.

*Extractode Making Sibling Teams Work, libro publicado por Family Business Consulting Group, Inc.®.