Alinear las expectativas de los propietarios sobre el rendimiento y las perspectivas de los activos en común es una tarea única y complicada a la que se enfrentan las empresas familiares multigeneracionales. En la mayoría de los casos de grupos de propietarios que van más allá del G2, los propietarios no han elegido conscientemente invertir juntos, sino que han estado unidos por planes de sucesión, trayectorias profesionales o incluso por la culpa de generaciones anteriores.
Como demuestran los estudios, los desacuerdos sobre el dinero son una fuente común de discordia familiar y divorcio. Pedir a un grupo de personas con diferentes necesidades de capital, perfiles de riesgo, edades y perspectivas de vida que se pongan de acuerdo sobre sus expectativas para una inversión conjunta es una propuesta difícil. Si a esto se le añade la historia familiar y la posible carga que conlleva hablar de dinero, pedir dinero o articular expectativas firmes sobre lo que ofrece una empresa, el problema se complica aún más. Por esta razón, muchos grupos de propietarios evitan hablar directamente de sus expectativas como propietarios inversores. Prefieren centrarse en sus funciones como propietarios operativos o como miembros de la familia.
Sin embargo, los propietarios tienen tanto el derecho como la responsabilidad de garantizar el buen funcionamiento de su inversión. Si la aspiración de la familia es perpetuar la empresa familiar a lo largo de las generaciones, los propietarios deben asegurarse de que la empresa no sólo sobreviva, sino que prospere.
La evasión no es una opción
Descuidar el debate sobre las expectativas de los propietarios tiene varios inconvenientes:
- Si las expectativas no son comunes en todo el grupo, los desacuerdos serán inevitables.
- El equipo directivo necesita una dirección clara sobre las expectativas para tener éxito.
- La rendición de cuentas se crea responsabilizando a los directivos de la presentación de informes en función de unas expectativas claramente definidas. En su ausencia, el rendimiento puede no ser óptimo.
- Si los propietarios no ven un beneficio claro en su propiedad en términos financieros, no sólo en términos emocionales, con el tiempo pueden optar por salirse o perder sus derechos.
- Evitar el diálogo sobre el rendimiento de la empresa es una oportunidad perdida para que los miembros de la familia se reúnan en torno a objetivos definidos mutuamente.
- Discutir las expectativas de la propiedad prepara a la familia para afrontar cuestiones potencialmente difíciles antes de que surjan (por ejemplo, ¿debemos vender? ¿Qué hacemos si tenemos que comprar una rama de la familia? ¿Y si las perspectivas a largo plazo de nuestro negocio no son favorables?).
¿Por qué es tan difícil hablar de las expectativas de los propietarios?
Los propietarios a menudo temen parecer codiciosos por esperar un rendimiento financiero competitivo de su
inversión. Pueden sentir que su propiedad es un regalo y que no tienen derecho a esperar nada de ella. Nosotros tenemos un punto de vista diferente: Para ser un buen administrador, los propietarios tienen la responsabilidad de asegurarse de que su negocio funcione bien.
Otra razón por la que los propietarios no discuten el rendimiento de la empresa es que puede crear tensiones con los miembros de la familia en la gestión. Si los propietarios son escépticos sobre el rendimiento, están cuestionando las capacidades de sus compañeros. Por esta razón, resulta muy útil definir claramente las funciones y responsabilidades de los propietarios y establecer una vía formal para comunicarlas a la dirección (idealmente con la participación del consejo de administración como moderador).
A veces los propietarios sienten que no tienen suficientes conocimientos o información para tener un punto de vista informado. En la barra lateral sobre derechos y responsabilidades, obtener esa educación figura como una responsabilidad de la propiedad. A cambio de los beneficios que proporciona la propiedad, es justo esperar que los propietarios se formen.
Y, por último, pero no menos importante, hablar de dinero suele ser un tema tabú. Las personas, incluso (y tal vez especialmente) las que están relacionadas entre sí, pueden tener puntos de vista muy diferentes sobre cuánto es suficiente y cómo debe gastarse. En lugar de enmarcar la conversación en torno a "cuánto dinero esperamos", considere en cambio el debate de más alto nivel en torno a "cuál es el propósito de nuestra riqueza". Esta pregunta puede dar lugar a una conversación más fructífera y que invite a la reflexión, que puede conducir a expectativas sobre el rendimiento de la empresa.
Garantizar un diálogo productivo sobre las expectativas de los propietarios
Sabiendo que el tema es desafiante, he aquí algunas sugerencias para iniciar y gestionar el debate en adelante:
Comienza con el trabajo que ya has hecho. Si tu familia tiene una declaración de valores o misión, esto puede proporcionar un gran contexto para una discusión sobre el dinero de una manera que no sea sólo sobre dólares y centavos. Habla de cómo la misión y los valores informan de tus expectativas sobre el negocio. Si no tienes estos elementos fundamentales, pueden ser un buen punto de partida.
Comprenda y reconozca su historia. Mantenga una conversación sobre cómo la familia ha discutido (o no) las cuestiones financieras. Discuta los pros y los contras del enfoque histórico y acuerde lo que quiere conservar y lo que quiere dejar atrás.
Reconozca las diferencias del grupo de propietarios por adelantado. Las generaciones aportan puntos de vista diferentes, al igual que los miembros de la familia que tienen un empleo y los que no, y los propietarios que tienen una mayor participación y los que tienen una menor. Señalar estas diferencias y animar a los individuos a tratar de entender los puntos de vista de los demás puede conducir a un diálogo productivo.
Acuda con datos. Basar el debate en datos puede ayudar a evitar conflictos. Aporte información para entender cómo ha funcionado su empresa en comparación con la de otras empresas como la suya. Trabaje con la dirección para entender qué es factible esperar de su empresa teniendo en cuenta su sector y su posición competitiva. Y pida a la dirección que comparta su plan estratégico y sus perspectivas a largo plazo para la empresa.
Mantén la sencillez. Si establece demasiadas expectativas, es probable que sean conflictivas o, como mínimo, confusas. Empiece por lo más importante. Para algunas familias, eso puede ser los dividendos, mientras que para otras puede ser el crecimiento.
Basar las decisiones en la comprensión del papel de los propietarios en el sistema de gobierno. La participación de los propietarios en el establecimiento de expectativas puede resultar incómoda para la dirección si ésta teme que los propietarios se desvíen hacia las decisiones operativas. Es importante que las conversaciones de los propietarios se centren en el "qué" y el "por qué" y no en el "cómo". El objetivo NO es dar a la dirección su opinión sobre las adquisiciones, las inversiones de capital, etc., pero es importante dar su opinión sobre si lo es el crecimiento o la generación de beneficios financieros a corto plazo.
Conclusión:
Aunque estas reglas básicas no garantizan que la conversación sea fácil, deberían ayudar a disipar parte de la tensión inherente al proceso de discutir las expectativas financieras. Nuestra experiencia es que las familias se enorgullecen de mantener conversaciones productivas sobre las expectativas, precisamente porque son conversaciones difíciles de mantener.
Un último consejo de un cliente que está pasando por este proceso: "Hay que caminar despacio para llegar lejos". Tenga en cuenta que las discusiones sobre la propiedad no pueden precipitarse o las partes no sentirán que han tenido la oportunidad de ser escuchadas o de pensar adecuadamente en las importantes decisiones que tienen ante sí. Y recuerde tomar los descansos necesarios en el viaje y celebrar los éxitos en el camino.
Derechos de los propietarios: Definir la composición del consejo y elegir a los directores. Establecer la política de empleo de los miembros de la familia. Planificar la sucesión ordenada de la propiedad. Recibir informes precisos, oportunos y transparentes sobre el rendimiento de la empresa. Participar en la conversación del grupo de propietarios para aclarar las expectativas de los propietarios sobre la empresa. Responsabilidades de los propietarios: Desarrollar una estructura y un proceso de gobierno familiar que garantice una interacción eficaz entre la familia y la empresa, y participar activamente. Tomar decisiones informadas en las elecciones de directores. Aportar la opinión colectiva de la familia sobre cuestiones que se encuentran en la intersección entre la familia y la empresa (por ejemplo, el empleo familiar, las expectativas financieras, el código de conducta, el papel de la familia en el liderazgo). Proporcionar directores familiares bien preparados para participar en el consejo. Desarrollar expectativas claras sobre el papel y las responsabilidades de los directores familiares (por ejemplo, asistencia obligatoria a las convocatorias trimestrales de los accionistas). Informarse sobre la empresa para poder tomar decisiones informadas sobre la propiedad. Participar en las actividades disponibles para educar a los accionistas (por ejemplo, reuniones, llamadas, conferencias). |